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Publicación: 01 febrero 2024 –

Este alarmante titular no pretende más que llamar la atención de nuestros lectores sobre la importancia de tener una cartera diversificada en inversiones ilíquidas. Una inmensa mayoría de ustedes tienen una cartera de inversiones en mercados cotizados que revisan con sus asesores, valorando la posibilidad de subir o bajar los niveles de riesgo, en función de las perspectivas de mercado. De esta manera, persiguen que su cartera alcance un objetivo de rentabilidad, a un determinado plazo, mediante la asignación a diferentes clases de activos que generan rentabilidad de manera diferente (renta fija, renta variable, divisas…).

¿Ha hecho usted con alguien este mismo ejercicio en inversiones ilíquidas? ¿Conoce las diferentes clases de activos que existen? ¿Le han explicado cómo generan rentabilidad y qué aportan a su patrimonio cada uno de estos activos?

Sin duda, se trata de mercados privados donde el nivel de información es inferior, pero sobre todo nos encontramos con un mercado donde la oferta de la industria financiera se hace producto a producto, con frecuencia priorizando cuánto remunera el producto a la entidad que lo ofrece, sin hacer previamente este ejercicio que consideramos necesario:

  1. Definir con el cliente el nivel de iliquidez que está dispuesto a asumir dentro del patrimonio total.
  2. Dentro de dicha iliquidez, establecer qué plazos podemos asumir en función de las expectativas de rentabilidad, las necesidades de liquidez o, simplemente, las preferencias de inversión de nuestros clientes.

En definitiva, se trata de definir un perfil de riesgo junto al cliente para este tipo de inversiones y determinar el peso de los activos ilíquidos dentro de su patrimonio global o, dicho de otra manera, trazar el camino para alcanzar el objetivo diseñado, que el cliente sepa qué puede esperar y cómo vamos a ir construyendo su cartera. Es lo que técnicamente llamamos asignación estratégica de activos, que es nuestra “hoja de ruta” que nos marca a dónde tenemos que llegar.

hoja de ruta para una buena cartera de activos ilíquidos

Una correcta construcción de una cartera de inversiones ilíquidas requiere de tiempo para ir conformándola (invertir en diferentes años, las denominadas añadas). El horizonte temporal del que disponemos para invertir, además de la propia situación macroeconómica, nos puede aconsejar acometer ahora una inversión en deuda privada en lugar de otra en inmobiliario de oficinas (a veces modificamos nuestra ruta porque hay un atasco en la ruta que habíamos diseñado, y escogemos el que consideramos en ese momento el mejor camino).

Siendo este horizonte temporal importante, lo es aún más contar con un asesoramiento profesional e independiente que haga la selección de los que consideramos los mejores proyectos. La dispersión de rentabilidades entre los que son buenos y malos gestores es enorme (ver gráfico adjunto), y la equivocación es complicada de subsanar porque es difícil salir de estas inversiones a mitad de camino.

Recordemos que se trata de inversiones que no tienen liquidez en mercados cotizados, razón por la que están aisladas del ruido diario de las cotizaciones. En nuestra hoja de ruta, apostamos por vehículos con el “seguro echado”.

La propuesta de Diaphanum

Solo con un asesoramiento profesional e independiente de una entidad como Diaphanum, que no dispone de producto propio y que es remunerada directamente por el cliente y no por las gestoras de las que vende producto (rebate), nos aseguramos de que lo único que nos mueve al hacer una correcta elección de un proyecto es el interés de nuestros clientes.

Nuestro objetivo es construir una cartera de activos ilíquidos, un verdadero programa de inversión diversificado en cuanto a añadas y en cuanto a tipos de activos. También buscamos diversificación geográfica y de gestores. Nosotros distinguimos 4 categorías principales de activos (deuda privada, inmobiliario, inversión en infraestructuras o inversión en capital privado -private equity-), pero diferenciamos un total de 11 subcategorías. Si ofrecemos a nuestros clientes la oportunidad de volver a invertir con el mismo gestor es porque consideramos que es un buen proyecto y un buen gestor para ese tipo de activo, no porque sea la gestora con la que nos hemos comprometido a colocar un volumen determinado a cambio de una buena remuneración.

Y, por supuesto, acabamos nuestro trabajo seleccionando un producto, pero hemos sido nosotros quienes hemos decidido qué tipo de activo, qué subcategoría y, por último, cuál es el equipo gestor que más nos gusta, de acuerdo con su historial de inversión y su manera de generar rentabilidad.

diaphanum selecciona los activos y a los gestores para las inversiones ilíquidas

Esta es la forma en la que construimos nuestras carteras y donde reside nuestro valor diferencial frente al modelo de “venta” de producto de la gestora que ofrezca un mejor acuerdo de retrocesiones sin preguntar antes ¿es el mejor momento para invertir en este tipo de activo? ¿Son estos los mejores gestores de este tipo de activo?

Si un modelo de asesoramiento profesional e independiente tiene valor para las inversiones en los mercados cotizados (inversiones líquidas), cobra aún más importancia y es aún más necesario en las inversiones en mercados privados (inversiones ilíquidas), que debemos abordar desde una perspectiva de cartera y no solo de producto.

dispersión de rentabilidad en inversiones ilíquidasCristina García Jiménez,
Asesora de inversiones Ilíquidas[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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